DEL INDEPENDENCIA A "CASA PUMAS"


Es uno de los tantos casos de esos chicos que jamás pensaron en correr tras una ovalada, hasta que el destino se cruzó en sus caminos para marcarles otro rumbo hacia el futuro. Brian González, 22 años, pilar, 1.91 y 135 kilos "debo bajar diez", surgido del semillero de Provincial, se dio el gusto de llegar a Argentina XV para enfrentar a Chile y Uruguay.


 

Ya de regreso, quienes lo conocimos de chiquilín, con la sencillez de siempre, recuerda que "cuando empecé a jugar en M13 jamás pensé en vivir algo así, sinceramente todavía no caigo, es una sensación hermosa, es algo tremendo, es algo mucho más de lo que aspiraba a llegar en el rugby".

Sorprendido por todo lo que está viviendo, porque sigue siendo de perfil bajo, "no me hagas preguntas difíciles" mientras deja traslucir su sonrisa pícara, esa que tiene olor a barrio, pero en el fondo piensa… te voy a contestar todas y no duda en sincerarse cuando dice: "Me tomó muy de sorpresa la convocatoria porque había empezado en la Academia un entrenamiento de un mes, pero en la última semana me convocaron. No lo pensaba por el momento, pero bueno fue realmente una linda noticia, muy grande para mí y para el club".

Y desde la Academia rosarina a "Casa Pumas" se fue pensando en todo lo que había charlado con Andrés Bordoy, porque "el "Dogo" me comentaba como era el tema del scrum en el alto rendimiento, y cuando tuvimos la primera charla con los entrenadores de Argentina XV nos plantearon enseguida que esto era totalmente diferente a lo conocido, el rigor físico iba a ser muy fuerte, había que pensar en correr muchísimo, que debía estar preparado. Como pilar derecho me dijeron que debía pensar en ir siempre para adelante en el scrum, en el juego suelto, que pensara en correr y tacklear mucho".

Primer destino Santiago, la capital chilena, y a poco de iniciado el segundo tiempo ante Los Cóndores, llegó el aviso…Brian adentro…!! Fue entonces que "al momento de entrar se me vinieron un montón de recuerdos, de la gente que siempre me apoyó en el club, en mi casa, en el barrio. Fue algo muy fuerte disfrutar esos minutos ante los chilenos, mi primer partido internacional. Algo difícil de describir, algo hermoso".

Sensación especial, el debut con la celeste y blanca con todo lo que ello representa "entré muy nervioso -reconoce- y puede ser que eso me haya jugado un poco en contra, pero recuerdo bien que me impactó el rigor físico y en el scrum se siente, la entrada es muy muy fuerte, hay una presión impresionante, es diferente a lo que estamos acostumbrados".

Salta enseguida ese primer scrum, con esa mirada fija en el que está enfrente como para ir fijando posición anímica…"Siempre dicen -señala- que cada pilar tiene sus mañas y con el chileno fue así. Los primeros dos scrums me costaron porque me ponía la cabeza, pero en el tercero le encontré la vuelta para empezar a plantear mi juego. Fue cuando empezamos a ir para adelante, ya estaba más firme y hasta recuperamos un penal en las cinco".

De Santiago a Montevideo, porque en el Estadio Charrua estaba esperando el otro sudamericano que al igual que Chile, sueña con llegar a Francia 2023. Y alli fue distinto: "Con Uruguay jugué 15 minutos, pero ya entré con mas confianza, con muchísimas ganas y además el partido era diferente con un equipo muy motivado porque sabíamos que a los uruguayos, había que ganarles si o sí".

Ya en suelo charrúa "con Uruguay los entrenadores nos habían planteado más empuje y mucha, pero mucha presión, pero cuando ellos retrocedieron mal me fui para arriba y me cobraron penal. Pero después se solucionó eso y me fue bastante bien".

Y con la mochila cargada de experiencia, más el corazón estallando de orgullo, el regreso a casa, con hisopados de por medio, en el buquebus y en Buenos Aires. "Los vecinos del barrio (Domingo Matheu, zona sudoeste de Rosario) se habían enterado de mi convocatoria y me habían alentado mucho, varios me pidieron que la "rompa", pero cuando volví fue una locura, vinieron a felicitarme, ellos veían que desde chico estaba muy dedicado a esto, a entrenar siempre, con lluvia, con frío o con calor. Me habían visto por la tele, no podían creer que en el barrio viviera un jugador internacional. Ya muchos empezaron a entender como es este juego, porque te imaginas son todos futboleros. Y hasta algunos chicos se interesaron, tanto es así que traje algunos al club, ya hay tres entrenando en infantiles y lo mismo me pasa en mi escuela, la 360 (Avenida Jorge Cura y Santiago), aprovechando que mi hermana cursa también allí y algunos compañeros van a estudiar a casa…"

Surge nuevamente el recuerdo del origen, enseguida dice que "estoy haciendo lo que hizo el crack de Germán Bustos, mi preceptor, conmigo. Fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida. Recuerdo que al principio no entendía nada…me decía veníte a jugar que sos grandote, te va a gustar, hasta que me convenció, vine a Provincial a probar y aqui me tenés…"

Como le piden sus entrenadores, va rápido para adelante, casi sin preguntar, aunque la charla refleja parte de su pasado reciente: "Me acuerdo que mi vieja enseguida fue al colegio a hablar con Germán para saber que era esto del rugby, porque no le gusta mucho eso de los golpes, pero ahora es una de las que mas entiende el rugby en la familia, sabe lo que es un penal, un line, un knock on, la zona de 22 y me llama cuando ve rugby por TV….es una fanática, hasta encontró en internet una entrevista que me hicieron cuando estaba en el Juvenil de Rosario, con 17 años. Está en todas la vieja…!!

Apareció hace unos cinco años y hasta fue a un trial nacional de juveniles, cuando Gastón Conde era entrenador de Los Pumitas, "un gran tipo Gastón, me aconsejó mucho". Su primer salto lo dio en el Juvenil URR "tenía 17 años, luego entré al Pladar, pero por la escuela y el trabajo faltaba mucho, me sentía que no estaba al ciento por ciento, me costaba entrenar, se lo dije a Nicolás Galatro y me dieron de baja. El trabajo en la Academia es muy duro, hay una intensidad tremenda, porque alli buscan sacar lo mejor de cada chico y por aquellos años no estaba de la mejor manera".

Pero en este 2021 la historia ya es diferente, porque "conseguí trabajo por la mañana en una distribuidora, y entonces se me dio la posibilidad de volver a entrenar. En un partido con Duendes me vio el "Dogo" y me volvieron a llamar nuevamente a la Academia. Ahora es distinto, tengo muchísimas ganas de entrenar, hago bicleta, también natación en el Polideportivo Municipal 9 de Julio (Dorrego al 3300). Los entrenadores de Argentina XV me pidieron que siga entrenado, que debo mejorar mi estado físico, más destrezas para el scrum, el tackle y que trabaje mucho en todos los aspectos del juego".

Cuando la charla le va ganando a la caída del sol, en medio del cancha del "rojo" del Independencia, surge espontáneamente la importancia del rugby "porque ha sido algo tremendo para mi, me cambió la vida porque en mi cabeza de 13 años nunca había pensado en este deporte... si no hubiera aparecido Germán, capaz que terminaba jugando a la pelota como todos los chicos y lo hubiera echo mal, porque soy una "ojata" al futbol…! Y deja escapar una vez más su sonrisa.

"Y ahora -ya camino a entrenar en su querido Provincial- es algo tremendo, algo que no puedo dejar, quiero estar en el club todos los días, cuando no vengo, parece que me falta algo, me siento incómodo, no veo la hora de llegar acá, porque quiero disfrutar de todo esto, esta es mi segunda casa, me siento feliz, cómodo, contento, siempre agradecido a la gente del club que me apoyó en todo momento".

Si, son otros tiempos para Brian. Ahora hay tiempo para que su pasión por el rugby, tenga también su tiempo. Pero además se nota convicción en qué hacer. Se trasluce una madurez propia de quien tiene en claro lo que quiere. Todo será cuestión de darle tiempo al tiempo.

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