La santafesina Giselle Acuña, se metió como una «cuña histórica» en el staff UAR del seleccionado argentino femenino, marcando un hecho sin precedentes ya que es la primera mujer en formar parte de un cuerpo técnico en equipos nacionales.

El Regional de Mujeres del Litoral nos brindó la oportunidad de un mano a mano con esta entrenadora, con pergaminos de peso por su campaña como jugadora, tanto en su club Charoga como en Argentina´7.

Decíamos una «cuña» en un área hasta ahora reservada a los hombres, pero para ella esto «no lo veo como algo mío, sino como algo que se tenía que dar y para lo cual me venía preparando. Pero no dejo de reconocer que fue una sorpresa, no lo esperaba al menos este año. Esto es algo que uno siempre sueña, porque todo deportista quiere vestir la celeste y blanca ya sea como jugadora o como entrendora. Se dio justo este año cuando estaba media indecisa, si seguía o no jugando, pero con esta convocatoria ya me decidí por entrenar».

«Ya venía entrenando, -empezamos a desgranar de a poco su carrera como coach- porque había empezado en el 2000 con la escuelita en Charoga, luego seguí con infantiles y más tarde con los juveniles. En el 2016 formé parte del staff del seleccionado santafesino de seven con Pica Fernández, luego en el Centro de Alto Rendimiento de la Unión Santafesina, donde trabajé en el proceso del Juvenil M18. Estuve en el desarrollo del juvenil femenino de Charoga y obviamente en el seleccionado de mi unión».

Pero ahora la exigencia es otra. Estar en el alto rendimiento es un lugar reservado para pocos, porque no es otra cosa que acceder a un mundo nuevo, desde una posición diferente a la experimentada en otros tiempos. Giselle empezó en una concentración en Alta Gracia, «donde conocí a Tomás Bongiorno y Emilio Valdéz, que me parecieron dos genios. Fue bueno el ensamble con ellos, se dio una linda dinámica de trabajo, lo cual me hizo sentir muy cómoda. Allí me encontré con algunas chicas con las cuales había compartido cancha en el 2019. Reconozco que soy aprendiz, voy de a poco, pero ya comenzamos a pensar en el Valentín Martínez, en noviembre, es el torneo sudamericano, que otorga dos plazas para el Mundial 2022. Si logramos clasificar, empezaremos entonces una planificación de trabajo más intensa».

Clasificar a un mundial, es parte de ese sueño que señalaba al comienzo de la charla. En Sudamérica, por ahora, la hegemonía femenina es patrimonio de Brasil. Y a futuro…?? «A ellas hay que ganarles con muy buen rugby y con mucho, pero muchísimo tackle. A las brasileñas no les gusta el contacto, por eso sostengo que allí debemos ser muy agresivas con el objetivo de hacerlas sentir incómodas, para entonces nosotras empezar a sentirnos cómodas desde la defensa y poder hacer nuestro juego».

Giselle Acuña, histórica referente del rugby santafesino. Hoy con el «buzo de DT» lista para transmitir su larga experiencia a las actuales y futuras generaciones de jugadoras dispuestas a dejar todo con esa camiseta que luce el yaguareté en el pecho. Para nuestra región, un motivo de orgullo más.